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En Iztapalapa, en el oriente de la Ciudad de México, la falta de agua es tal, que se han vuelto comunes los "secuestros" de pipas (camiones cisterna) que la transportan.

 

"Me pusieron una pistola en las costillas. Me pidieron que me bajara de la pipa en la que iba para llevar agua para la unidad habitacional donde vivo. El chofer que iba manejándola me dijo que obedeciera, que no valía la pena arriesgar la vida".

Quien cuenta esta historia es Judith Varela, de 53 años, una vecina de la Unidad Habitacional el Vergel de Santa Cruz.

"Estamos muy desesperados", le cuenta a BBC Mundo otra mujer, de unos 70 años, que prefiere no decir su nombre.

Con una sonrisa medio avergonzada, medio rebelde, relató a BBC Mundo los motivos para "secuestrar" el agua: "¿Qué vamos a hacer? Sin agua no se puede vivir. Por eso a veces los vecinos nos organizamos para conseguir agua de esta manera."

Judith Varela trabaja como correctora de estilo para una casa editorial, y dedica buena parte de su tiempo libre a tramitar que las autoridades envíen agua en camiones cisternas al conjunto de 25 edificios, de 20 apartamentos cada uno, donde vive con su familia.

Enseña a BBC Mundo documentos impresos y firmados por 5 autoridades diferentes y un sin fin de llamadas de teléfono, así como mensajes de WhatsApp, incluidas fotos en las que les enseña que las cisternas de los edificios están vacías por completo.

"A pesar de todos estos esfuerzos nos llega una pipa para todos los edificios cada 4 o 5 días. Y cuando llega se acaba en medio día", cuenta a BBC Mundo.

Desde hace 20 años que estos edificios se construyeron, han tenido problemas de suministro de agua por la red. Pero, en última década el problema se ha vuelto aún más severo y en los últimos años casi insostenible.

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