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Las elevadas tasas de anemia en Perú se mantienen casi sin variaciones desde 2011 a pesar del robusto crecimiento económico del país en la última década, más del doble que el promedio latinoamericano. Aquí los detalles.

 

Perú, el país líder en gastronomía de Sudamérica, tiene "alarmantes" niveles de desnutrición, según un estudio nacional.

Mientras 4.5 millones de turistas visitan Perú cada año atraídos por su invaluable patrimonio arqueológico y su famosa gastronomía, millares de familias pobres peruanas sufren desnutrición a pesar de que gastan el 60.3% de sus ingresos en comprar alimentos, según la FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

En guías de turismo y ránkings internacionales figuran dos restaurantes de Lima, el Central y el Maido, entre los 10 mejores del mundo.

Tanto ha crecido el interés por la comida peruana que agencias de viajes en Chile y otros países ofrecen ahora "tours gastronómicos" de tres o cuatro días a Lima, que incluyen almuerzos y cenas en diferentes restaurantes de moda. Algunos de los platos más famosos de la cocina peruana son el cebiche de pescado, el lomo saltado y el ají de gallina.

Pero paralelamente a este "boom" gastronómico existe una cruda realidad: dos de cada cinco niños peruanos menores de tres años (el 43,6% del total) padecen anemia por una deficiente alimentación, según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar, del Instituto Nacional de Estadísticas.

Asimismo, el 29.6% de las mujeres embarazadas sufre anemia por la misma causa: poco consumo de alimentos ricos en hierro, como carne.

"La anemia tiene efectos severos sobre el desarrollo psicomotor de los niños, afectando su capacidad de aprendizaje, incrementando el riesgo de enfermedad e incluso de muerte", dice un informe sobre seguridad alimentaria en América Latina 2017 de la FAO, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y su filial para la región, la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Estas elevadas tasas de anemia en Perú se mantienen casi sin variaciones desde 2011 a pesar del robusto crecimiento económico del país en la última década (4.9%), más del doble que el promedio latinoamericano (2%).

Los países con mayores tasas de anemia infantil en América Latina son Haití (65%), Bolivia (60%) y Perú (34%), según la FAO. También hay naciones pobres que han logrado reducirla drásticamente, como Nicaragua (10.5%) o El Salvador (22.9%).

Peor en los Andes y la Amazonía 

La anemia infantil alcanza mayores niveles en las remotas zonas andinas y amazónicas: en el lago Titicaca, donde habitan mayoritariamente aymaras, llega a 75.9%, mientras que en Iquitos, donde nace el río Amazonas, asciende a 61.5%.

Todos los líderes políticos saben que la anemia es uno de los grandes males del país, pero el remedio no llega.

En abril de 2017, el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski lanzó un plan para reducir a la mitad la tasa de anemia infantil para 2021.

Pero poco después el mandatario empezó a luchar por sobrevivir ante los embates del Congreso, lo que paralizó todos sus planes. En el olvido quedaron la lucha contra la anemia y la reconstrucción tras los aluviones del fenómeno de El Niño Costero.

Kuczynski renunció en marzo pasado y su sucesor, Martín Vizcarra, lanzó tiempo después su propio plan contra la anemia con la misma meta.

En los dos últimos meses Vizcarra ha concentrado sus energías en una reforma constitucional destinada a combatir la corrupción, otro de los grandes males del país, y poco se habla de la desnutrición.

La opositora Keiko Fujimori le reprochó al presidente hace poco que la anemia infantil era un problema más urgente que las reformas constitucionales. Sin embargo, el propio partido fujimorista, que domina el Congreso, ha perjudicado indirectamente la cruzada contra la desnutrición, según funcionarios.

Es que en junio el Congreso aprobó la llamada "ley mordaza" que prohibió al Estado gastar en publicidad en los medios. Esta norma impide, por ejemplo, que ahora el Ministerio de Salud contrate campañas educativas en radios para fomentar una mejor alimentación en comunidades de los Andes o la Amazonía.

Vizcarra encabezó el domingo una jornada nacional de desparasitación y vacunación como parte de la campaña contra la anemia y la desnutrición crónica infantil que, según el Ministerio de Salud, son "un problema de salud pública en el país".

"Restaurantes contra el Hambre"

Además, ante la falta de resultados de los programas oficiales, una ONG organizó una campaña para recaudar fondos para combatir la anemia, con apoyo de 400 restaurantes y cafeterías.

Desde este lunes y durante los próximos dos meses, la red de "Restaurantes contra el Hambre" destinará parte de la recaudación por la venta de un "plato solidario" para enfrentar la desnutrición infantil en Santiago de Lucanamarca, un remoto distrito de 3.000 habitantes en la región andina de Ayacucho.

El dinero recaudado financiará "la capacitación de madres y personal de salud, la producción sostenible de alimentos básicos, la revalorización de técnicas ancestrales, entre otras actividades", explicó la directora de la ONG Acción contra el Hambre, América Arias, quien lamentó los "niveles alarmantes" de anemia infantil en Perú.

Esta ONG hizo una campaña similar en 2017 recaudando unos 40.000 dólares, que se destinaron a los damnificados por El Niño Costero.

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