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El delfín rosado acaba de ser incluido en la lista de especies En Peligro, la segunda categoría más preocupante de la lista roja. Según expertos, el delfín gris, también de los ríos amazónicos, correría la misma suerte.

 

La noticia llegó hace unos días. El delfín del río Amazonas (Inia geoffrensis), conocido como delfín rosado, acaba de entrar a la categoría de especies En Peligro, solo un peldaño por debajo del riesgo de extinción, según la clasificación de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Su reingreso a la lista roja, después de una década de aparecer como una especie con información insuficiente, ha sido un proceso de varios años durante los cuales los especialistas en la materia discutieron sobre la necesidad de que sea incluido nuevamente en la relación de animales amenazados por los riesgos que enfrenta.

 

El director de la Fundación Omacha, Fernando Trujillo, advierte que otra especie que habita en los ríos de la Amazonía, llamada tucuxi o delfín gris (Sotalia fluviatilis), tiene altas posibilidades de correr la misma suerte. “Es muy probable que el delfín gris entre en la lista directamente como En Peligro”, dijo el científico que forma parte del grupo de especialistas en cetáceos del organismo internacional. La actualización de la lista roja de la UICN se publicará en marzo.

La evaluación de los cetáceos
Trujillo —una de las voces más autorizadas a nivel mundial sobre cetáceos— cuenta que los científicos de América Latina se sorprendieron cuando en el año 2008 esta especie salió de la categoría Vulnerable. “El delfín rosado aparecía con una serie de amenazas importantes en los libros rojos de los países de la región. Felizmente, la UICN nos escuchó y se hizo una nueva evaluación con información de estudios rigurosos”.

De acuerdo con la IUCN, las amenazas que enfrenta el delfín rosado incluyen la captura incidental en la pesca, la matanza de los especímenes para ser usados como cebo para algunos peces, la construcción de represas en los ríos y la contaminación ambiental por químicos y metales pesados.

Han sido varias las investigaciones consideradas por la IUCN para evaluar la situación de esta especie, así como del delfín gris, explica Trujillo.  Dos de ellas —dice el experto— fueron estudios que duraron más de una década.

 
Delfines de la Amazonía

El delfín rosado ha sido categorizado como una especie En Peligro. Foto: Fernando Trujillo.

Uno se realizó a lo largo de 22 años en la Reserva de Desarrollo Sostenible Mamirauá, en Brasil. El segundo duró 15 años y se hizo en el Trapecio Amazónico de Colombia. “En las zonas investigadas de ambos países, la cantidad de delfines se está reduciendo a una tasa preocupante. Sumado a ello, están las amenazas que se han incrementado, tanto en la cuenca del Amazonas como del Orinoco. Y no parece que fueran a desaparecer”.

El investigador José Luis Mena, director de Ciencias para la Conservación del Fondo Mundial para la Naturaleza en Perú (WWF por sus siglas en inglés) también lamenta que el delfín rosado figure ahora como una especie En Peligro. “Es una consecuencia del mal uso que hacemos de los recursos acuáticos y de las malas prácticas en los ríos de la Amazonía”.

El mercurio en los ríos amazónicos
La presencia de mercurio en delfines y otras especies de los ríos amazónicos es una preocupación para los científicos. Una investigación para demostrar cómo esta sustancia se propaga de manera sucesiva en los diferentes eslabones de la cadena trófica se realizó en las cuencas del Amazonas y del Orinoco, en cuatro países: Colombia, Perú, Bolivia y Brasil.

El resultado demostró que, de los 60 animales analizados, el 39 % presentaba niveles de mercurio por encima de los valores establecidos por la Organización Mundial de la Salud. En este caso se consideraron los estándares máximos para las personas, pues no existen referencias para los animales.

 
Delfines de la Amazonía

Estudios han determinado que las poblaciones de delfines se están reduciendo de manera drástica. Foto: Fernando Trujillo.

Sobre la investigación, Joaquín Carrizosa, coordinador del Programa del Norte del Amazonas en WWF Colombia, precisa que el interés fue conocer cómo se produce la transferencia del mercurio de los delfines a los peces. Esta situación ocurre porque estos cetáceos son usados como carnada para capturar algunos peces, que luego terminan en la mesa de quienes viven en los pueblos cercanos a los ríos, en las comunidades nativas, y también en las grandes urbes. “No se trata solo de un problema ambiental, sino de un tema de salud pública. A las grandes ciudades también están llegando peces con altos niveles de mercurio”.

No se trata del único estudio que demuestra la presencia de esta sustancia en la fauna silvestre. Carrizosa menciona que también se han hecho investigaciones en bagres y otros peces. “Es un problema silencioso, que no es evidente como la deforestación, pero con los mismos niveles de importancia”.

 
Delfines de la Amazonía

La presencia de mercurio en los delfines es una preocupación para los científicos. Foto: Fernando Trujillo.

Los médicos ya han alertado sobre los efectos negativos del mercurio. Sin embargo —dice Trujillo, coautor de la investigación— aún no se sabe todas las consecuencias de esta sustancia que se está acumulando tanto en la fauna silvestre como en las personas. “Creo que en los próximos diez años habrá, a nivel global, muchos casos de enfermedades causadas por el mercurio Estamos ante un enemigo invisible”.

El científico sostiene que se han encontrado altas cantidades del elemento químico en varias especies investigadas, sobre todo carnívoros y ahora se busca saber si el mismo patrón ocurre en los delfines.

Una investigación más ambiciosa sobre esta sustancia se está haciendo en la región amazónica. Es un proyecto transfronterizo para buscar alternativas de solución desde una perspectiva regional. La propuesta —según Carrizosa— es centrarse en esta sustancia y entender cuáles son sus impactos y cómo se transporta y se comercializa a través de las fronteras.

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