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La inversión pública impulsará el crecimiento, pero la privada tiene más posibilidades de generar la reactivación. El factor político local será el principal riesgo para la economía.

Julio Velarde, personaje clave durante el manejo de la crisis económica del 2020, cerró la presentación de proyecciones del Banco Central de Reserva (BCR) de diciembre diciendo: “Este ha sido probablemente el peor año que me ha tocado vivir y sé que lo ha sido para todos, pero estamos seguros de que el próximo será mejor”.

Así, poco a poco va quedando atrás el año en que en un mes (abril) la producción nacional cayó 40% y la pérdida de empleos, solo entre marzo y mayo, alcanzó a 2′318.000 limeños. En el que la informalidad laboral fue la más alta en ocho años y la tasa de pobreza –que aún conoceremos en mayo próximo– también registraría un crecimiento histórico.

Según las autoridades económicas del país, la ansiada recuperación avanza más rápido de lo esperado y el 2021 será un año de crecimiento positivo y con un rebote a doble dígito. Sin embargo, existen variables claves para lograr ese objetivo.

ANALIZANDO EL CRECIMIENTO

Hugo Perea, economista jefe para el Perú del BBVA Research, explica que el impulso para la recuperación del 2021 será el factor estadístico. Tras un año de drástica contracción, la medición del PBI llevará a un rebote en las cifras.

 

“Imagínate que la economía llega a un punto final al cierre del año y de ahí no crece nada, solo mantiene su nivel. Solo con ello, el PBI al cierre del 2021 sería de 8%. Dicho efecto será importante”, explica. Sobre ello, el BBVA proyecta que el crecimiento del 2021 será de 10%, similar a lo que proyecta el MEF (10%) y por debajo de lo que proyecta el BCR (11,5%).

Aquello que lleve al PBI más allá del “rebote estadístico” está en el comportamiento de la demanda interna, principalmente de inversión.

La inversión pública, que ha comenzado a recuperarse desde su pico más profundo en mayo (-75,3%), ya se encuentra a noviembre en terreno positivo y con un crecimiento del 26,6%. “Veremos que su impulso estará asociado a pequeños proyectos en regiones. No vemos grandes proyectos de inversión”, explica el exministro de Economía Alfredo Thorne.

Majes Siguas y Chavimochic son grandes proyectos de inversión pública. Además de su aporte a la generación de empleo, su impacto positivo está vinculado a la mayor productividad del agro. Sin embargo, por trabas en los procedimientos, no han retomado su construcción. “Donde no estamos tan positivos es con el sector privado, la inversión sería moderada. Esperamos un aumento de 13,5%”, asevera Thorne.

Similar posición muestra Carlos Casas, decano de la Facultad de Economía de la Universidad del Pacífico. “La inversión pública es el 20% de toda la inversión en el Perú. Por más que sea dinámica, si crece en 10% solo le agrega 2% de crecimiento al país. Y la inversión privada seguirá retraída”, agrega.

Proyectos que impulsarán la inversión pública y privada. (Infografía: El Comercio)

EJECUCIÓN DE PROYECTOS DEL SECTOR PRIVADO

La ampliación del aeropuerto Jorge Chávez y la construcción de la línea 2 son los dos proyectos de inversión en infraestructura que apuntalarían el crecimiento de la inversión privada en el 2021, explica Camilo Carrillo, economista senior del Consejo Privado de Competitividad.

“Sin embargo, presentan retrasos y será importante solucionarlos. Por ejemplo, en la línea 2, si bien ha mejorado su nivel de ejecución, no ha comenzado el trabajo de las tuneladoras que se debió iniciar entre julio y agosto”, asevera.

En la inversión minera, las grandes apuestas por la inversión recaen en Quellaveco y la ampliación de Toromocho. No se descarta que estos aceleren su construcción para aprovechar la coyuntura actual en el precio de los metales.

VIENTOS EXTERNOS A NUESTRO FAVOR

Otro punto que jugará a nuestro favor será el precio del cobre. Desde hace siete años no se veía un precio tan alto al alcanzar US$3,55 por libra.

Luis Eduardo Falen, head de Macroeconomía de Intéligo SAB, señala que esto se verá reflejado en un aumento de los envíos mineros, explicado tanto por una mayor demanda internacional como por una mayor producción local (que ya alcanzó cifras positivas en octubre). Y esto, naturalmente, elevará los flujos de caja de las mineras locales, que significará más ingresos para el país mediante pago de regalías, canon minero e Impuesto a la Renta para la base tributaria, explica Marco Alemán, analista senior de inversiones de Kallpa SAB.

“Cuando hay un precio de cobre alto se motivan los niveles de inversiones”, añade Alemán en líneas generales. No obstante, en el Perú, lo único que se logrará incrementar es la inversión en exploración minera de proyectos ya existentes, mas no de alguno nuevo que mueva la aguja del PBI, recalca Eduardo Jiménez, jefe del sistema de información de Macroconsult.

“Luego de Quellaveco, no hay mucho más en el escenario minero. El proyecto más grande que podría darse en el Perú es La Granja, en Cajamarca, que es más grande que Las Bambas, pero es difícil hacer minería ahí hoy en día”, añade.

EL FACTOR POLÍTICO

El principal riesgo que se le presentará a la economía este 2021 será el político. En medio de las elecciones presidenciales, la crisis económica que trajo la pandemia daría espacio a candidatos con discursos populistas que atenten contra el modelo económico y repercutan en la inversión privada, señala Jiménez.

“Todas las proyecciones asumen que gane un candidato que medianamente respete la institucionalidad. Cualquier cambio que se aleje de ese escenario [cambiaría las proyecciones]”, añade.

Adicional a ello, el Congreso, que ha aprobado medidas que van desde el retiro de los fondos de la AFP hasta la eliminación del régimen CAS y devolución de la ONP, estará en funciones seis meses más, lo cual constituiría otro riesgo para el crecimiento de la economía peruana, que podría ralentizar su recuperación, añade Jiménez.

En esa línea, Alfredo Thorne precisa que el segundo trimestre será el más débil del año producto de la volatilidad política y las elecciones.

EL FACTOR EMPLEO

  • El impulso para elevar el crecimiento será el que provenga de la demanda interna, precisa Falen. Y este, añade, dependerá del aún golpeado empleo.
  • Los salarios se están recuperando más lento de lo esperado, lo cual implicaría un consumo más débil, advierte Jiménez.
  • El BCR espera una recuperación del empleo en el segundo semestre del 2021.

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